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Gigantes bajo el mar


LA OPINIÓN*.-
Una exposición fotográfica muestra los restos de algunos de los numerosos navíos hundidos en los últimos tres siglos en las aguas de Cabo de Palos

Cabo Palos dispone de un museo naval oculto en las profundidades de sus aguas, donde reposan los restos de decenas de navíos. Algunos de ellos podrán ser contemplados desde hoy y hasta el miércoles en el Local Social del pueblo en una exposición fotográfica que ha preparado el centro de investigación Cimas.
Los buceadores, cuando se sumergen en estas aguas, disfrutan de una vasta historia. Contemplar el 'sueño eterno' de estos gigantes del mar es un privilegio que se ve aderezado por numerosos detalles, como las numerosas botellas de champán que surgen del transatlántico Sirio o las bolas de cañones de buques de guerra de los siglos XVIII y XIX que algunos encuentran en el fondo marino.
La cifra de residentes en este cementerio naval es una incógnita. Algunos apuntan que supera la centena, pero bien podría ser mayor, pues hay lugares protegidos por la reserva natural a los que no han podido acceder los buzos. En algunas zonas, como en La Chatarra, unos barcos montan a otros, quedando el más elevado a sólo 30 metros de la superficie.
La 'Roca del Vapor', un pináculo submarino de 50 metros cuya cima está a sólo tres de la superficie, causó numerosos naufragios, entre ellos el que sufrió el Sirio en 1906. Una baliza colocada en ese lugar en los años sesenta del pasado siglo cortó la negra racha, siendo 'El Naranjito', apodo recibido porque se hundió con los contenedores repletos de naranjas, uno de los últimos de la fila.
Otro famoso 'enterrador' de barcos fue el submarino alemán U-53, al que se le atribuyen más de cincuenta hundimientos entre 1916 y 1917, durante la I Guerra Mundial, en la que recibió la consigna de atacar sin previo avisó a todo tipo de barco enemigo, como fueron Atlantic City, Stanfil, SS Haendel y Thordissa.


FOTO: Interior de la bodega del SS Haendel, al que los buzos conocen popularmente como ´El Bocabajo´ por su posición

*La Opinión de Murcia. VIERNES 04, AGOSTO DE 2006