Tras la llegada de los náufragos salvados, empieza lo más duro: la búsqueda e identificación de las víctimas. Los primeros datos oficiales hablaban de un total de 822 pasajeros, de los que 580 habían sido salvados y el resto, 242 personas, habían resultado ahogadas o se hallaban desaparecidas.
Según los vecinos de Cabo de Palos, los cadáveres iban apareciendo poco a poco en las diferentes calas de la costa. Uno de los momentos más estremecedores fue la aparición del cadáver de una niñita de unos dos años de edad que asía entre sus pequeñísimas manos un cubo de juguete y un aro de hueso. El juez municipal de La Unión, Enrique Díaz, el juez instructor de la Marina, Saavedra, y los médicos forenses trabajaron desde el primer momento en la práctica de las diligencias sumariales y en el levantamiento de los cadáveres que iban apareciendo. Misión de los vecinos fue el enterramiento de muchos de estos cadáveres, que recibieron cristiana sepultura en el cementerio. A las diez de la mañana del miércoles día 8 de agosto se inició en la iglesia de Santa María de Gracia de Cartagena un funeral en sufragio de las víctimas del Sirio. El acto fue oficiado por el Arcipreste Juan Manuel Pérez, asistido por el Vicario Castrense del Departamento y el Arzobispo de Pará, uno de los supervivientes del naufragio, el Arcediano de Toledo, todo el clero diocesano y castrense y las principales autoridades civiles y militares así como miles de vecinos de Cartagena y alrededores.
Pero no todo eran malas noticias, el diario El Eco publicó el 7 de agosto una nota agradable:
"Las hermanas italianas Ángel y Elisa Ferrera, de 11 y 15 años de edad, respectivamente, han tenido noticias de su madre, a la que consideraban perdida en las profundidades del mar. La recogió un vapor francés, dejándola en Alicante. La alegría que les ha producido la noticia es indescriptible."
CONMOCIÓN
"Excmo. Sr. Alcalde de Cartagena:
Conmovida Barcelona por la noticia de la horrible catástrofe ocurrida al naufragar el trasatlántico Sirio, me apresuro a transmitir a V.E. testimonio de profunda pena y del mayor agradecimiento por los auxilios prestados por Corporación de su digna presidencia y vecinos de esa capital a desgraciados náufragos.
El alcalde accidental. Alberto Bastardas."
Texto del telegrama enviado por el alcalde de Barcelona, Alberto Bastardas, al de Cartagena, Rafael Cañete, el 8 de agosto de 1906.
"Ecmo. Sr. Alcalde de Cartagena :
Conmovido Fomento Trabajo Nacional por terrible catástrofe vapor Sirio trasmito a V. testimonio de nuestra pena y agradecimiento a la corporación de su digna presidencia por los auxilios prestados a los desgraciados náufragos.
El presidente accidental de Fomento, José Arana."
Telegrama recibido por el alcalde de Cartagena el día 9 de agosto de 1906.
Respuesta del alcalde
"Excmo. Sr. Alcalde de Barcelona:
Agradezco a V.E. y ese Ayuntamiento su testimonio de agradecimiento por los auxilios prestados a los náufragos del vapor Sirio con lo que hemos cumplido un deber oficial y de humanidad como otro cualquier pueblo hubiese hecho en tal caso.
Del horrible accidente considero salvados a la mayoría de los catalanes que viajaban en el Sirio, por lo que le felicito.
El alcalde de Cartagena. Rafael Cañete".
Telegrama enviado por el alcalde de Cartagena al de Barcelona el 8 de agosto de 1906.
El Gobernador
"Me apresuro a reiterar un testimonio de gratitud en nombre del Gobierno a las personas, corporaciones y autoridades que han prestado generoso auxilio a los pobres náufragos del Sirio, afirmando la gloriosa tradición de este pueblo en el ejercicio de la caridad y del bien.
La ciudad de Cartagena que en presencia de esta catástrofe, cuya angustiosa realidad llena de tristeza nuestros espíritus, ha sabido rendir un delicado tributo de conmiseración a los supervivientes de tan siniestra desventura, merece una especial mención y un singular recuerdo.
Con mi respetuoso saludo a todos, va unida mi reverencia hacia esta muestra de piedad para los tristes y desamparados."
Texto publicado en el Boletín Oficial del Estado por el Gobernador Civil de Murcia, don Ricardo de la Rosa.
ALFONSO XIII
El rey de España, don Alfonso XIII se mostró interesado desde el primer momento por la tragedia del vapor Sirio.
Nada más conocer el naufragio envió un telegrama al presidente del Consejo de Ministros, general López Domínguez, mostrando su pena por la muerte de muchos pasajeros del Sirio, y ordenando que se transmitiera ánimo de su parte a los supervivientes. El rey agradecía su labor a las autoridades y particulares que intervinieron en el salvamento de los náufragos.
JUNTA DE SOCORROS
"En el puerto de Barcelona había embarcado en el Sirio una familia entera de Olesa de Monserrat. Sólo la abuela quedó en tierra. En el naufragio perecieron todos los miembros de la familia. Cuando la abuela recibió la noticia se suicidó ahogándose en un lavadero."
LA PUBLICIDAD de Barcelona. Agosto de 1906.
l día 7 de agosto el Gobierno español acordó la creación de la Junta de Socorros para atender las necesidades de los náufragos. La Junta, dependiente del ministerio de la Gobernación y presidida por el Capitán general del Departamento Marítimo, Marqués de Pilares, tenía por objeto socorrer a los náufragos en todo lo que necesitasen salvo en facilitarles dinero. Sus primeros gastos fueron pagados directamente de los Recursos Anónimos del Estado. Más tarde, las Cortes aprobaron a petición del Gobierno una indemnización a las víctimas con objeto de legalizar las partidas de gastos.
De la Junta de Socorros formaban parte el Gobernador Civil de Murcia, Ricardo de la Rosa, el Gobernador Militar de Cartagena, Vicente Salgado, el alcalde de la ciudad Rafael Cañete, el juez de instrucción Sánchez Doménech, el jefe de la Sanidad Marítima, José Estrella, y otras personalidades.