"Frente al cabo de Palos de Cartagena, en los llamados bajos de las Hormigas, naufragó el sábado 4 de agosto el vapor italiano Sirio, que se dirigía a Buenos Aires. El balance de las víctimas superó los 200 muertos. El buque chocó contra los bajos y, a continuación, se produjo una fortísima explosión. Los cadáveres fueron arrojados por las olas a las playas murcianas y hasta a la de Santa Pola, en Alicante". (EL DIARIO DEL SIGLO XX. Año 1906.) A Belén por escuchar siempre mis historias marinas y de naufragios, por animarme a no abandonar nunca la nave. A Salina y a Selva por contemplarme con paciencia mientras escribía. Gracias a mi abuelo Ángel Rojas Veiga a quién no conocí en vida pero a quien, sin duda, debo mi curiosidad por la historia del Sirio. A continuación reproduzco el relato que sobre el naufragio dejó escrito Ángel Rojas Veiga en una carta escrita a su amigo Antonio Oliver Belmás el 16 de marzo de 1936: "El Sirio se fue a pique en La Hormiga el 4 de agos
"Esta tarde ha llegado hasta nosotros la noticia de haber embarrancado yéndose a pique en los bajos de las Hormigas, un trasatlántico de nacionalidad italiana, que conducía pasajeros." (EL ECO de Cartagena. 4 de agosto de 1906.) El vapor Sirio El Sirio era un trasatlántico a vapor de 7.000 toneladas de peso. Perteneciente a la Compañía General de Navegación Italiana La Veloce de Génova, realizaba sus viajes ordinarios entre su puerto de origen y América (Brasil, Argentina y Uruguay). "Con 115 metros de eslora, 12´7 de manga y 7´5 de puntal, tenía un esbelta y elegante silueta (como casi todos los barcos italianos) que llamaba poderosamente la atención y era la envidia de muchos de los rivales de la Raggio; branque recto y popa de clíper en espejo, dos finas chimeneas caídas a popa a son de los tres altísimos palos que configuraban su aparejo. Aunque habitualmente su casco estaba pintado de color negro y rojas la obra viva, como era habitual en la época, en determinadas